Acuarela de José Higueras Mora
Despeñaperros,
garganta ibérica de Andalucía,
entrada y puerta.
Garganta abrupta…
Asustas cuando se cruza…
Luego una vez dentro todo es distinto…
parece ser que tus brazos…
en un profundo abrazo…
acogen a caminantes,
a trashumantes que te recorren
buscando la soledad,
la soledad del monte…
Gigante natural, piedras imponentes
que la llegar la primavera
de bellas flores se viste,
flores silvestres que en el gigante
crecen,
suave perfume que enloquece…
tus piedras cubiertas de jaras,
tomillo, romero, retamas…
Enloqueces, enamoras… garganta
abrupta,
que solamente la naturaleza pura…
supo labrar piedra a piedra.
Montaña, desfiladero…
Montaña muda, desfiladero testigo,
mudo testigo de historias, de muertes,
de leyendas.
Guerras y batallas que en tus
entrañas…
a tus pies y en tus cimas se libraron…
¡Tantas veces! ¿Quién sabe cuántas?
Solo tú quebrada garganta.
Escondite secreto de tantos
bandoleros,
tantos amores…
Bandoleros y bellas mujeres morenas
rodeados de aromas, de olorosas flores
donde poderse amar en silencio,
poniendo por testigo el cielo.
Música de guitarra, violines y
bandurria
música de bandolero, corazón de
gitana,
de gitana morena, enamorada.
Perfumes, olores, trinos, cantos
melancólicos,
de aquel que huye despavorido.
Buscando cobijo en lo más profundo de
tus entrañas.
En silencio y como en un susurro,
tejiendo entre árboles, setos y flores.
Pensamientos lúgubres… por si acaso…
se presenta algún espectro que allí...
entre sus piedras estuviera acechando
a todo aquel que maldijera sobre tan
bella tierra.
Caminante que pasea, admirando
soñando…
exhalando el suave perfume de retamas,
violetas silvestres, romero, tomillo…
y tantas otras plantas que adornan
esas cortadas piedras…
Piedras que embargan de respeto
cual gigante acechando al aventurero.
Despeñaperros, garganta temerosa,
que impregnas de tinieblas el alma,
con ecos de voces que se desatan
retumbando cada vez que se habla
garganta temida y amada.
Yo quisiera por tu cima pasear,
sentirme más cerca del cielo,
poder respirar con ansía la fragancia
que desprenden tus hojas, tus flores…
tocar las ramas que la brisa mueve y
más que nada sentir la paz…
Esperando
al bandolero
cual gitana enamorada.
Higorca